Isaac Asimov

Isaac Asimov –su nombre en ruso es Isaak Yúdovich Ozímov– nació un fin de año de 1919 o a principios de 1920, no se sabe muy bien. Lo que se sabe bien es que se exilió en Estados Unidos, donde dio clases de bioquímica en la Universidad de Boston.

Sin embargo, lo que lo consagró no fue el ejercicio de la docencia, sino el haber escrito cuentos y novelas de ciencia ficción. Su obra más destacada es la Saga de la Fundación, que incluye el Ciclo de Trántor, la Serie de los robots y la Trilogía del Imperio Galáctico. Dicen por allí, que las películas que conforman La guerra de las galaxias están inspiradas en la obra magna de Asimov.

De igual manera, sus tres leyes de la robótica son mundialmente famosas. Se trata de un conjunto de normas que se aplican a la mayoría de los robots de sus obras; aparecen por primera vez en el relato “Círculo vicioso” de 1942:

Primera ley: Un robot no puede hacer daño a un ser humano ni, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
Segunda ley: Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto cuando estas entren en conflicto con la primera ley.
Tercera ley: Un robot debe proteger su propia integridad, siempre y cuando esto no impida el cumplimiento de la primera y segunda ley.

Pero lo más sorprendente es que dos de sus personajes, robots, por supuesto, crearon la
Ley Cero: Un robot no puede hacer daño a la humanidad ni, por inacción, permitir que la humanidad sufra daño.

De eso se trata la escritura. Y lo descubrimos… leyendo.