Virginia Woolf

Virginia Woolf (1882-1941) nació en Londres un 25 de enero como hoy. Desde la Universidad de California, Irvine, Gonzalo Navajas, profesor distinguido de esa institución, comparte, para la FILEY, la siguiente invitación a la lectura de la obra de la escritora:

Leer a Virginia Woolf es introducirse en una de las mentes más profundas y lúcidas de la primera mitad del siglo XX, un periodo que produjo un número extraordinario de figuras de calibre intelectual y humano excepcional. Su novela “Mrs. Dalloway”, publicada en 1925, está considerada como un texto capital que transforma de manera radical los procedimientos habituales de la novela de orientación realista y sociológica.

Una aportación fundamental de la narración en Woolf es que la novela no tiene que concentrarse en los hechos y las palabras de hombres singulares sino en la vida anónima y aparentemente banal de la mayoría de mujeres de su tiempo. La otra idea central es que la narración debe adentrarse en la conciencia de los personajes individuales en lugar de orientarse hacia la presentación de los hechos más ostensibles y visibles de una época.

Las verdades humanas más determinantes se hallan en el sustrato de la conciencia del que los actos externos son una reproducción aproximada. Las veinticuatro horas de la vida de Mrs. Dalloway en un día cualquiera de la ciudad de Londres que se presentan en la novela no contienen aparentemente ningún dato de relevancia especial que mereciera nuestra atención.

Sin embargo, la narración demuestra que son la clave para descifrar no solo el sentido de la vida de Mrs. Dalloway, sino también de una sociedad y una época adormecidas e indiferentes frente al inminente desmoronamiento de los principios que las sostienen. Además de “Mrs. Dalloway”, Virginia Woolf escribió otras novelas excepcionales como “To the Lighthouse” (Al faro) y “The Waves” (Las olas).

Su libro de ensayos “Una habitación propia” expone su combate con el impenetrable establishment académico e intelectual inglés de su tiempo al que las mujeres tenían vetado el acceso. Virginia Woolf es una voz diáfana, osada y sutil a la vez, dentro del caótico y confuso mundo de entreguerras.

Profunda, intelectual, empática, auténtica, comprometida. No se la pierdan como contrapeso y antídoto para la trivialidad de la cultura instantánea, “to go”, para llevar y tirar, que nos abruma en la actualidad.