Existe la tendencia a pensar en el culteranismo cuando se habla del barroco; sin embargo, también están los prosaicos conceptistas, más cercanos a la estética conversacional, siempre listos para ostentar su agudeza de pensamiento, dueños de un humor a menudo implacable. Contemporáneo de Sor Juana, el poeta conceptista Juan del Valle y Caviedes satirizó a los médicos de su época, al igual que a los políticos, a los militares y a representantes de otras instituciones.
Desde Ohio University, Daniel Torres Rodríguez apunta:
En el soneto “Para labrarse fortuna en los palacios” tenemos a un hablante lírico que nos da instrucciones precisas acerca de lo que ha de hacerse para tener éxito en los asuntos de la corte: hay que ser embustero, lisonjero, bufón, soplón, alcahuete recaudero, parlero y censor. Además, se ha de adular al señor o virrey aunque este disparatare, y aplaudir puntualmente a todos sus desmanes. Sin embargo, también expresa el desencanto de la voz poética al ser testigo de semejante manipulación por parte de ese alcahuete. En este sentido, el soneto es tanto instructivo como crítico, satírico y burlesco.
Representante sin par del llamado Barroco de Indias, desde su infancia Caviedes vivió en el Virreinato del Perú, mas nació en Jaén, España, un mes de abril como este, en 1645.
He aquí el soneto “Para labrarse fortuna en los palacios”:
Para hallar en palacio estimaciones se ha de tener un poco de embustero, poco y medio de infame y lisonjero, y dos pocos cabales de bufones, tres pocos y un poquito de soplones y cuatro de alcahuete recaudero, cinco pocos y un mucho de parlero, las obras censurando y las acciones. Será un amén continuo a cuanto hablare al señor, o al virrey a quien sirviere; y cuando más el tal disparatare, aplaudir con más fuerza se requiere; y si con esta ganga continuare, en palacio tendrá cuanto quisiere.
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