Ana Patricia Martínez Huchim

Ana Patricia Martínez Huchim (1964-2018) firmaba así, con su nombre completo, pero le gustaba que su familia, colegas y amistades le dijeran Pati, con i latina. Nació en Tizimín, Yucatán, un 26 de julio como hoy. En su calidad de antropóloga, se dio a conocer como compiladora de la tradición oral maya. También escribió las novelas “U yóol xkaambal jaw xíiw / Contrayerba” y “U k’a’ajsajil u ts’u’ noj k’áax / Recuerdos del corazón de la montaña”. Publicó además “Ma’ chéen koneli’ / No es por demás” y “Tsíimin tuunich, Jwáay mis yéetel Aluxo’ob / El caballo de piedra, El jwáay gato y Los aluxes”, entre otros libros. Hace diez años participó también en la antología “Born in Blood and Fire: Latin American Voices” (W. W. Norton & Company, 2011).

Algunos miembros de las comunidades académica y literaria externaron breves comentarios sobre la influencia de la vida y la obra de Pati en su propio trabajo académico, lectoral o escritural. La FILEY los comparte, como un homenaje colectivo, y te invita a agregar tus propias palabras en los comentarios, pues sobre Ana Patricia Martínez Huchim hay aún mucho que decir.

Celia Rosado Avilés nos dice: “En la vida de Patricia se aprecia esfuerzo y constancia. Fue una escritora que se hizo a sí misma con pasión, orgullo y compromiso con la cultura maya viva.”

Lourdes Cabrera Ruiz nos revela: “Pati influyó en mi vida personal, escritural, académica y espiritual. Como persona, mantuve con ella una relación a la vez tensa y relajada, que me permitió conocerla en una faceta íntima que fue modelando hasta cierto punto nuestro trato.  Mi escritura comenzó a proponer temáticas de la cultura local e incluía términos mayas en algunos textos de poesía y prosa poética, motivados por lecturas y conversaciones que ella solía abordar siempre. En mis clases, Pati era invitada para conversar sobre tradición oral e inyectar en mis estudiantes el orgullo por ser maya que en todo momento declaraba. Comencé a incluir temas de lengua y cultura maya en algunas de las asignaturas que impartía. Pati y yo compartíamos algunas creencias sobre temas trascendentales, y algunas de las suyas, sin que ella se lo propusiera, influyeron en las mías. Estoy agradecida con toda su familia por el cariño que me brindan y por hacerme sentir parte de ella.”

Maggie Shrimpton Masson agrega: “Conocí a Paty antes de conocer su obra. Generosa, inteligente, creativa e impredecible, deja su huella en el alma de las personas que pudimos compartir breves instantes con ella. Después de compartir en las aulas de la Facultad, encontramos una entrañable amistad. Y es en ese marco de amistad que me llega la obra de Pati, y luego, la posibilidad de trabajar con diversas obras con estudiantes de la universidad. Cada año, la descubren nuevxs lectorxs, jóvenxs, y los diálogos que crean en torno a “Recuerdos del corazón de la montaña” o “Contrayerba”, por ejemplo, dejan claro no solamente el impacto de las historias que narraba (y vivía), sino su pertinencia y relevancia para nosotrxs hoy y mañana, siempre.”

Silvia Cristina Leirana Alcocer comenta que “Pati fue generosa con sus recursos, con su conocimiento; es ejemplo de amor. Sus textos enseñan que hemos normalizado la violencia y nos divierte el dolor ajeno. Así es como ella invita a deconstruir esta actitud nefasta.”

Desde Carolina del Norte, territorio de los cherokee, Paul Worley recuerda a Pati de esta forma: “Pati es uno de los escritores que más me ha influido, tanto por la calidad de su obra creativa como por su compromiso profundo con su pueblo. Cuestionaba el valor de los trabajos académicos que no están al servicio del pueblo, señalándonos que tenemos que buscar otros diálogos y otras formas de crear y representar el conocimiento.”

Claire Joysmith, desde Chelem, Yucatán, declara: “La sincera y cálida apertura de Pati y su amistad dejaron en mí una huella indeleble. Muy inspiradora en cuanto al aprendizaje en torno a la cultura, así como literatura maya, resultó en una nueva escritura poética, así como académica, en un giro sustancial. Continúo muy agradecida por ello. Pati, siempre atenta y servicial: tu amplia y luminosa sonrisa no se difumina con el tiempo.”

Enrique Martín Briceño asienta: “Como escritora, Ana Patricia Martínez Huchim sobresale tanto por el compromiso con su pueblo –en particular con las mujeres mayas– como por su vocación de excelencia. Tengo siempre presentes su generosidad ejemplar y su contagioso gusto por la vida.”

Para Jimena de los Santos, “la literatura de Pati es la voz inapagable de la resistencia”.

Desde Murcia, España, Ángeles Carnacea comenta: “Conocer a Pati ha sido uno de los hechos más hermosos que me sucedieron los años que viví en Yucatán. Su coherencia, su compromiso con su pueblo, con su lengua, su generosidad, las llevo en mi recuerdo para siempre. Pati fue y es una de mis grandes amigas, una de las personas a las que más admiro y una de las personas que más me inspiró. En mi libro ‘Por aquí pasó un río’, publicado en 2021, le dedico un poema que le escribí la noche en que murió:

Tres amigas

A la memoria de mi amiga Pati Martínez Huchim

no sé de qué color es el cielo hoy

miro al frente

caminando por el sacbé

quiero encontrar

alguna respuesta

en tus ojos limpios

Óoxtúul Láak´o´ob

Versión al maya yucateco de José Tec

ma´in woojel u boonil ka´an bejlae´

kin Paaktáanil

xíimbal in ka´aj yóok´ol le sakbejo´

taak in kaxtik jump´éel nukt´aan

ta wicho´ob sáasiltak