¡También yo sueño a menudo!

Enrique Martín Briceño

Hace poco más de un siglo, el médico y pedagogo Eduardo Urzaiz, primer rector de la Universidad Nacional del Sureste –hoy Universidad Autónoma de Yucatán–, dio a la luz Eugenia: esbozo novelesco de costumbres futuras, novela de ciencia ficción cuya acción transcurre en Villautopía, una ciudad muy semejante a Mérida, en el año 2218.

Anterior en más de una década a Un mundo feliz de Aldous Huxley, Eugenia plantea varios de los temas que se tocan en esa popular ficción distópica, en especial la eugenesia: el mejoramiento de la especie humana planeado, organizado y operado por un Estado todopoderoso.

Sin embargo, en el prólogo del libro, encabezado por la frase “¡También yo sueño a menudo!”, su autor explica que su intención fue mostrar “esa humanidad de mis sueños y esperanzas” en la que no hay guerras ni pobreza; una humanidad en la que mujeres y hombres son iguales, existe plena libertad sexual y las familias se conforman por la afinidad de sus miembros. Una visión utópica, pues, consonante con el pensamiento y la obra de Urzaiz, intelectual y hombre de acción que guió los destinos de la máxima casa de estudios de Yucatán entre 1922 y 1924 y entre 1946 y 1955.

Tanto la trama de Eugenia, cuyo tema es el sufrimiento de Celiana por el abandono de su amante Ernesto, como sus elementos futuristas (tranvías aéreos, aerocicletas, embarazo masculino…) son ideales para su traducción gráfica. Por ello, para la edición conmemorativa del centenario de la obra, que realicé en 2019 para la Casa Editorial de la UADY, se encargó una serie de ilustraciones a Sofía Rodríguez Sosa, joven egresada de la licenciatura en Artes Visuales de la UADY.

¡También yo sueño a menudo! presenta las doce piezas que Rodríguez Sosa creó para la mencionada edición acompañadas de los pasajes correspondientes de la novela. El doctor Urzaiz, decidido partidario de la igualdad de género, habría visto con satisfacción esta pequeña muestra de los logros alcanzados en un siglo por las mujeres yucatecas gracias, en buena medida, a la universidad que fundó.