Buenas noches. Gracias por acompañarnos en este ya tercer día de la FILEY 2025 y segundo y último del Encuentro Nacional de Periodismo FILEY que concluye con esta ceremonia.
Quisiera agradecer primero, por supuesto, a mis papás Jesús Mendoza y Lorenza Hernández que no pudieron estar aquí pero siempre los llevo conmigo y siempre están conmigo.
El periodismo es un ejercicio colectivo, es decir, detrás de mi labor como periodista cultural en Tijuana está todo un equipo de trabajo en Semanario Z. Desde fotógrafos, editores, departamentos de recursos humanos, administración, publicidad, circulación, formación y corrección. A todos muchas gracias.
Muchas gracias muy especialmente a Gabriela Olivares Torres, mi editora en la sección de cultura desde 2004, y por supuesto a la directora general de Semanario Z, Adela Navarro Bello, que nos hace el honor de acompañarnos en esta noche, y al codirector René Blanco Villalón. A ellos tres, muchas gracias por la libertad y por la confianza depositada en estas poco más de dos décadas ejerciendo como periodista cultural. Sin la confianza de un editor o un director en un reportero, no es posible hacer periodismo. El periodista está obligado a corresponder.
Gracias por supuesto a los codirectores fundadores de Z en 1980: Jesús Blancornelas, que sobrevivió a un atentado en 1997; Héctor Félix Miranda, asesinado en 1988, y al editor Francisco Javier Ortiz Franco, también asesinado en 2004, el mismo año que yo entré. Ellos en Z nos legaron un lugar de trabajo, pero sobre todo una trinchera para ejercer el periodismo en la frontera norte de México desde Tijuana.
Mi agradecimiento también es para la centenaria Universidad Autónoma de Yucatán que, a través de la ya tradicional Feria Internacional de la Lectura, en coordinación con Manos Libres Periodistas, han cobijado y le han dado continuidad al encuentro Nacional de Periodismo Cultural que surgió en 2015. Y no sólo han continuado, sino que han fortalecido el Premio Nacional de Periodismo FILEY establecido en 2018.
Y esto es una verdad que todos debemos reconocer. Sin el apoyo institucional de la UADY, actualmente bajo la rectoría del maestro Carlos Alberto Estrada Pinto aquí presente, por supuesto, a través de la FILEY que dirige la maestra María Teresa Mézquita Méndez, este certamen sería, si no imposible, por lo menos sí muy pero muy complicado sostener. Gracias a ambos.
Gracias además al jurado del Premio Nacional de Periodismo FILEY por voltear hacia Tijuana, a tres mil kilómetros de la Ciudad de México, y por considerar otras posibilidades del ejercicio periodístico en los estados del país. Es realmente un honor también recibir el Premio Nacional de Periodismo FILEY en el mismo año en que Alberto Ruy Sánchez recibe el Premio Excelencia en las Letras “José Emilio Pacheco” que se entregó en la inauguración el pasado sábado.
Por cierto, tenemos que reconocer también que dejaron los estándares muy altos los primeros ganadores del Premio Nacional de Periodismo FILEY. Tres de ellos nos acompañaron en la décima edición del Encuentro Nacional de Periodismo FILEY, y me refiero por supuesto a Miguel de la Cruz de Canal 11, que tuvo que salir esta mañana, Virginia Bautista del Excelsior que nos acompaña, y Janet Aguilar Sosa de El Universal, ellas dos aquí presentes.
Es un gran desafío para los periodistas culturales de los estados ser constantes, perseverar y alcanzar tres o cuatro décadas de trayectoria como ellos que son ya un referente en la tradición del periodismo cultural en México. De hecho, los considero mis maestros. Gracias por estar aquí Janet, Vica y Miguel.
Gracias también a Manos Libres Periodistas que integran Jesús Alejo Santiago, Carolina López Hidalgo y Alfredo Ortiz, periodistas culturales con una intachable y ejemplar trayectoria.
Además de ellos, no puedo dejar de mencionar tampoco a Baltazar Domínguez, uno de los fundadores del Encuentro Nacional de Periodismo Cultural en 2015, y a quienes nos abandonaron muy pronto, de manera muy prematura, a Alejandro Pulido Cayón y Juan Carlos Valdés, quienes creyeron y promovieron tanto el Encuentro Nacional de Periodismo Cultural como el Premio Nacional de Periodismo FILEY. De hecho, ellos constantemente me animaban a participar. No creía yo tanto en ellos, pero finalmente lo hicimos, también por ese impulso que ellos nos han dado.Gracias al maestro José Luis Martínez por sus generosas palabras y gracias a todos por acompañarnos esta noche.
Permítanme a continuación compartirles algunas reflexiones en torno al ejercicio periodístico desde mi punto de vista en Tijuana, formado en las últimas dos décadas.
Primero, el periodismo cultural también es un ejercicio para conservar la memoria y no olvidar a nuestros 171 periodistas asesinados desde el año 2000 a la fecha en el ejercicio de su labor periodística, de acuerdo con la organización defensora de la libertad de expresión Artículo 19, de los cuales, tres sucedieron en el último año de gobierno de Ernesto Zedillo, 22 en el sexenio de Vicente Fox, 48 en el mandato de Felipe Calderón Hinojosa, 47 en la administración de Enrique Peña Nieto, igualmente 47 durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, y cuatro periodistas han sido asesinados en los primeros cinco meses de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Algunos de los colegas asesinados eran nuestros entrevistados en las secciones de cultura o suplementos, como Javier Valdés, cofundador del semanario Río 12 en Sinaloa. Lo entrevistamos por sus libros, sus crónicas, sus investigaciones. De hecho, con algunos fotógrafos acudimos a hacer algunas entrevistas con algún escritor o artista.
Otros de ellos, en su calidad de directores de diversos medios de comunicación lamentablemente asesinados, autorizaban suplementos o la cantidad de páginas de cultura en un periódico, por ejemplo. Otros eran colaboradores o grandes lectores, como me lo han dicho mis compañeros en el Semanario Z, como Francisco Ortiz Franco, editor de Z, asesinado el 22 de junio de 2004, un gran lector y un gran colaborador.
El asesinato de periodistas en nuestro país es también un reflejo del horror y la hecatombe que vive México con los miles de desaparecidos, de las narcofosas, los campos de exterminio clandestinos. La tragedia parece no tener fin, pero no debe normalizarse el asesinato de periodistas.
Por el contrario, el Estado mexicano, independientemente del color del partido en el poder en turno, debe combatir real y urgentemente el asesinato y agresiones contra periodistas en México. De acuerdo con Artículo 19, 98 por ciento de los crímenes contra periodistas queda en la impunidad, es decir, la impunidad es el principal estímulo para los criminales.
Desde el periodismo cultural tampoco debemos olvidar a nuestros colegas comunicadores asesinados en México, y el Gobierno Federal en turno debe esclarecer los asesinatos de comunicadores y que los culpables paguen por sus crímenes.
El periodismo cultural también cuenta la historia de un país, de un estado o ciudad a través de sus escritores o artistas, de las diferentes manifestaciones que lo abordan o recrean con sus lenguajes o propuestas estéticas. Por eso recibir el Premio Nacional de Periodismo FILEY 2025 es un estímulo para continuar contando la historia y los rostros de Tijuana y Baja California a través del periodismo cultural con los artistas, escritores y autores de diversas disciplinas como principales protagonistas.
Estoy realmente convencido de que el periodismo cultural es una excelente oportunidad para documentar y contar la historia de una ciudad como por ejemplo Tijuana y un estado fronterizo como Baja California, a través de sus artistas, escritores y autores de diversas disciplinas artísticas que recrean o interpretan con sus lenguajes estéticos y propuestas, temas como la migración, vida cotidiana, narcotráfico, el muro, homicidios, discriminación y otras violencias propias de la frontera en las últimas décadas, que se reflejan en sus libros obviamente, en sus pinturas, en sus escenificaciones y en sus manifestaciones artísticas.
Recibir el Premio Nacional de periodismo FILEY 2025 al ejercer el periodismo cultural en Tijuana es significativo porque este certamen que organiza la Universidad Autónoma de Yucatán a través de la Feria Internacional de la Lectura y Manos Libres Periodistas tiene la vocación de valorar y reconocer a los periodistas culturales de a pie en los 32 estados del país. México es un rompecabezas de 32 piezas, todas son importantes, valiosas e interesantes.
Desde Baja California y por supuesto hasta Yucatán, pasando por Ciudad de México y todos los estados que componen nuestra nación, contar la historia de cada ciudad o estado desde el periodismo cultural es crucial para preservar la historia y reconocer la riqueza artística y cultural de cada región.
Si faltara una pieza de las 32 que componen el crisol, el patrimonio artístico estaría incompleto. Ahí radica también la importancia del periodismo cultural en las 32 entidades federativas del país. Es decir, las historias, las crónicas, las entrevistas o los reportajes sobre la producción cultural de las diversas disciplinas artísticas en cada ciudad, cada estado, cada región enriquecen el patrimonio artístico y cultural del país. Desde el periodismo cultural, cada pieza sobre nuestros creadores artísticos contribuye a documentar y narrar la historia de nuestras ciudades y de nuestro tiempo.
El periodismo en general y el cultural en particular son también sinónimo de investigación, crítica y denuncia, sellos distintivos de Semanario Z. Por eso recibir el Premio Nacional de Periodismo FILEY 2025 es también un estímulo para continuar ejerciendo la crítica, la investigación y la denuncia, por supuesto siempre con pruebas y argumentos sobre las prácticas de corrupción y rendición de cuentas de los funcionarios públicos culturales de los tres niveles de gobierno, municipal, estatal y federal, indistintamente al partido político.
Quisiera concluir diciendo que el periodismo cultural ha sido mi mejor escuela, gracias al periodismo cultural que me ha permitido contar una parte de la historia de Tijuana y Baja California. Luego de recibir el Premio Nacional de periodismo FILEY 2025, continuaré ejerciendo esta profesión desde el norte del país con la responsabilidad que implica este reconocimiento.
Gracias a la UADY, rector; gracias a la FILEY, maestra, y a Manos Libres Periodistas. Gracias a todos por acompañarme esta noche. Se los agradezco mucho.
